-------------------------------------------------------------------------------- Subbéticamperos: junio 2015

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miércoles, 10 de junio de 2015

Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos)


En la comarca de la Subbética se pueden observar tres especies de ruiseñores, de las cuales dos son de la misma familia y el mismo género y una tercera especie, que en este caso es el Ruiseñor bastardo  y que no tiene parentesco con ellos, siendo el único con un estatus de residente.
El Ruiseñor común que es del que en esta entrada hablamos nos visita en verano para reproducirse en nuestra tierra, muy diferente es el Ruiseñor pechiazul que simplemente se observa de paso postnupcial y cuando ya regresa de sus territorios de cría en busca de la invernada en el continente africano.
Aunque ha simple vista no lo relacionemos con los túrdidos, es uno de ellos, relacionado con zorzales, collalbas, roqueros, todos estos con características similares ojos negros abultados y con una vista muy audaz, ademas con cantos muy potentes y sonoros.
Quizás es el que posee la voz más sonora, de ahí el Pavarotti de los sotos como lo denominamos, aunque no la más melodiosa porque tiene grandes competidores como los Turdus y entre ellos al Mirlo común que posee uno de los cantos más melódicos de nuestra tierra.
Un comportamiento único en la avifauna de nuestra tierra es el incesante cantar de día y de noche de esta especie que desde que llega de tierras africanas, canta sin cesar para marcar su territorio, bajando de continuidad e intensidad conforme se haya cumplido su reproducción, aunque sobre este comportamiento hay muchas hipótesis.
No existe dimorfismo sexual aunque si se diferencian los jóvenes y los individuos de 1º invierno, estos últimos si los observar en la mano, es un ave esquiva para poderla fotografiar, pero cuando estas horas observándolos en el comportamiento si que es fácil distinguir la hembra del macho y sobre todo cuando están cebando a los pollos.
Normalmente el macho no ceba y se come lo capturado tan tranquilamente para seguir cantando en su posadero, sin embrago la hembra es todo lo contrario más nerviosa y activa y menos confiada porque no para de cazar y cebar a los pollos.